Foto: Santiago Redondo Vega
(Parte II del poemario que ha obtenido la 3º Plaza -botijo de barro-
en las Justas Poéticas de Dueñas 2009)
II
No sirve como excusa que es jueves y no es hora
de abrir la madrugada,
ni que nos muera un lunes y haya que guardar luto
azul e intempestivo
de pechos y de abrazos.
La vida es un destello impío de cristales y soles de calima
que nos reduce a sombras la magia de lo etéreo
hasta cubrir el alma de polvo cotidiano.
Por eso te convoco al cénit de lo bello
que es renombrar tu piel de puntos cardinales,
treparte al manantial que nace de tu boca
o descender al caz de tu vientre de leche
que espera en el brocal del pozo de tu ombligo
guiarme al laberinto donde te sueña el Cíclope.
Treparte las colinas de coronados ímpetus
o acariciarte el habla de tu cuello felino,
saber que por tus piernas deambula mi deseo,
soñar que en la memoria de tu alma me alimento.
Mañana ya es diciembre, pero hoy es todavía
tu boca una costumbre de hermético latido
de donde parten olas a reinventar los mares
que te retornan luego vencidas y desérticas.
Pero tu voz me sigue sabiendo a primavera
guiándome hacia ti
como atracción fantástica,
sirena en un océano de cereal reseco,
mujer en un una nave de repatriados de Ítaca,
y el ámbar de tus ojos de cielo, me reprocha
que aún no haya coronado tu frente con mi almohada.