martes, 4 de mayo de 2010

CONJUGARTE EN PRESENTE

Llueven
de tu boca hasta el aire
un enjambre de cielos sin costuras
que redimen la urgencia de una nube esporádica.

Ríen
como espejos los charcos
carcajeándose en pompas de azules transparentes.

Gritan
su luto quejumbroso los paraguas
maltratando la inercia gestual de lo finito.

Crecen
por tus calles mis manos
y pasean los sueños de tu piel de vorágine.

Cubre
mi impaciencia tu ombligo
tatuado de soles, presunto y enigmático.

Pende
de tu abril mi impaciencia
y mis labios se inventan aguaceros sonoros,
derrotados y nublos,
conjugándote toda
con un verbo en presente que te escampe los párpados.