domingo, 17 de abril de 2011

FLASHBACK

Desayunaba el verde del paisaje sobre el azul ingenuo de aquellos ojos niños.  El traqueteo del tren adelantaba casas, árboles y postes de la luz, azuzando la emoción de Quique que aplastaba su cara contra la ventanilla sepia del viejo secundario, hasta que un brusco cambio de agujas le propició un sonoro coscorrón. El vagón entero enmudeció un instante por el agudo quejido del muchacho, humanizándose después sobre una estruendosa carcajada. Enrique volvió en sí, dolorido, se ajustó la corbata, consultó el móvil, encendió el portátil y continuó en AVE hacia Madrid cuarenta años después de aquel recuerdo.

martes, 5 de abril de 2011

SENTADO SOBRE LA TARDE


Foto: Santiago Redondo Vega

Dije
querer sentar mis ojos
sobre el respaldo de la tarde fucsia
a ver pasar el tiempo; y me mentí,
me engañó la soberbia.
No era el tiempo, era yo,
quien discurría incauto a su través
mientras cruzaba sin pena ni gloria por la vida.
Escarmentado
he decidido no volver jamás
a sentarme en el quicio de lo ilógico.
Lo malo es que ahora soy
quizá un poco más sabio,
pero seguro
que más viejo y soberbio que hace apenas diez versos.