lunes, 6 de diciembre de 2010

DESEO

El deseo es verano de un crepúsculo malva
sobre un mar imperfecto de miradas furtivas,
es la tarde en un puerto de un levante de costa,
veraneante de pulsos, alquimista de soles.

Late el mar en la noche de mil vidas que bailan
en neones hirientes que bautizan afectos
y descubren al aire las espaldas que gimen
irisando a la luna su abrasada epidermis.

Allí estuvo mi sombra con un trago en la mano
y en añil coincidencia se topó con la tuya;
ni el idioma es barrera cuando se hablan los ojos
y se miran los labios y se atraen los cuerpos.

Se nos fueron cerrando los casinos de golpe
a medida que huyeron nuestras manos de azares
y nos fuimos abriendo cremalleras con prisa
y tu pecho y mi torso, piel a piel, se miraron.

La certeza de hablarle a unos labios que callan
el deseo imprudente que palpita en la carne
se delata en el tacto que las ingles no mienten
porque ignoran las reglas del más tenue decoro.

Y volvieron las copas que horas antes huyeron
por las calles nerviosas de tu boca y la mía,
y con ellas trajeron derribadas barreras,
deshojados prejuicios, inservibles morales.

Y la arena impaciente que abrazó nuestras ansias,
acunó tus caderas, descarnó mis rodillas,
todavía me inquiere por tus áureos cabellos
aunque un mar de resaca nos borrara los nombres.

sábado, 25 de septiembre de 2010

NO EXISTE EL TIEMPO

Foto: Keystone / Alessandro Della Bella

El hombre es el único animal obcecado en dibujarle piel al calendario, para su deleite o para su desgracia. Nos empeñamos en marcarnos metas, en milimetrar un tiempo rectilíneo o curvo -quién lo sabe- con unidades de medida ilógica, porque el tiempo no existe salvo en nuestro consciente subjetivo. Medirlo todo, pautarlo todo, cuantificarlo todo en una especie de ansia por saber en qué momento de nuestra vida estamos, qué o cuánto hemos dejado de hacer o de vivir para asumirlo como tarea pendiente en nuestro próximo dispendio de arrogancia. La vida transcurre sin medida, noche a noche, abúlica, lineal o a bocajarro, amándonos, odiándonos, ignorándonos, arrepentida de nosotros, o mirándonos de lejos y –a veces, las menos- hasta deteniéndose a sonreírnos con una mueca de conmiseración lumínica.
Pasamos en un instante, un solo instante –qué medida tan abstracta para los impenitentes geógrafos del cronos- del verano al otoño, casi sin querer, sin desearlo, sin percibirlo. Hace ese instante era verano, ahora, tan solo un instante después, decimos que es otoño, y nuestros biorritmos sin tiempo para cambiar un ápice. Nuestra mente sí, nuestra mente es otra, mi mente es otra.
Ayer, casi ayer mismo, mi imaginación jugueteaba con playas de arena dulce y agua deslenguada; paisajes de cortados agrestes y pantalón corto, sombrillas, chiringuitos, barbacoas, hogueras… Ahora sin embargo, ahora mismo, ya me está pidiendo unos gramos más de parsimonia, de melancólica pereza ante ese previsible primer rocío que me amanezca los ojos, de detenerme a observar el itinerario impreciso de una gota de lluvia en los cristales, de solidarizarme con el ocre previsible de los árboles, con la gabardina veleidosa y triste, con la impertinente letanía del paraguas. Otoño clásico: nubes, viento, lluvia, atardecer, melancolía.

Afuera de nosotros, la calle, el campo, el cielo, las palabras, ya se están empezando a poner pijama y a abrigarse con manta la intención concienzuda de los sueños.

¿Y todo para qué? Acaso para nada, porque el tiempo, el tiempo –desde un otoño más y van ….- el tiempo es que no existe, somos nosotros quienes nos empeñamos en cumplir años, en envejecer, en hacernos tiempo, desde esa mirada insomne que nos inventa intemporales a nuestros ojos cínicos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

RECUERDOS

Foto: Santiago Redondo Vega

Supimos que el silencio era un paisaje
de niebla y decepciones
anclado a la obviedad premiosa de los ojos
al decirnos la piel adiós de golpe
y oxidarnos la rabia
de aquéllos mil atrases que en noches de solsticio
endulzaron de herrumbre tu boca y mis abrazos.

Cadenas, libertad...,
eslabones con dientes que se cuelgan del cuello de los días
y alientan, desde el nunca y para siempre,
la mitad del dolor con que dolernos tanto.

Dos mitades de un sueño a contraluz
de naranjas y enebros
engarzado en acero de palabras
que ahora engulle -sobre una playa extinta- la irremediable química del óxido.

sábado, 7 de agosto de 2010

POESÍA

Foto: Irene Redondo Vielva

Navega mi poema entre tus labios
o en mansas torrenteras por tus senos;
los versos no son nada sin la boca
que los declame -voz- o los silencie.

Siente mis letras, ven, prende este espacio,
envuelve de mis versos tu mador,
escúchate por dentro y di poesía.

Y al cabo de leer sabrás bien alto
si desde el verso a ti median dos mares.

Cuando me digas voy, te iré en silencio.

Del poemario "Natuleza viva".

miércoles, 21 de julio de 2010

SOÑANDO A BOCAJARRO

Foto: Islas Cíes. Galicia
Autor: Santiago Redondo Vega
.
Está la mar soñando a bocajarro,
descreída en el aire y embaucada
en un cuenco de sal, ensimismada
sobre un cielo de lírica y guijarro.
.
Políglota mi voz increpa al barro
y se obstina en gaviota liberada,
inconsciente, viral, enajenada,
como hombre que habla a dios, labios en jarro.
.
Si todo es nada al fin, desde esta altura
¿por qué me sabe el verbo a encarnadura
y se me pierde el hombre en infinito?
.
¿Por qué no cesa el vértigo maldito
que ofusca la razón y emerge en grito
para esta tierra en paz, limpia y futura?

miércoles, 23 de junio de 2010

PRESA

Presa de la Cuerda del Pozo (Soria)

Almohada de hormígón entre montañas,
remanso de la sed,
siesta del agua.

martes, 4 de mayo de 2010

CONJUGARTE EN PRESENTE

Llueven
de tu boca hasta el aire
un enjambre de cielos sin costuras
que redimen la urgencia de una nube esporádica.

Ríen
como espejos los charcos
carcajeándose en pompas de azules transparentes.

Gritan
su luto quejumbroso los paraguas
maltratando la inercia gestual de lo finito.

Crecen
por tus calles mis manos
y pasean los sueños de tu piel de vorágine.

Cubre
mi impaciencia tu ombligo
tatuado de soles, presunto y enigmático.

Pende
de tu abril mi impaciencia
y mis labios se inventan aguaceros sonoros,
derrotados y nublos,
conjugándote toda
con un verbo en presente que te escampe los párpados.

martes, 13 de abril de 2010

LA MATERIA

“La materia ni se crea ni se destruye, solamente se transforma”
(Axioma científico).



Sueña la materia ser razón del tiempo cuando el tiempo es vida
y pernocta en lunes de endiosados mares libre y absoluta,
tal vez porque ignore su conciencia negra, casquivana y puta
de gaviota herida.

Nace al bies del plomo de su cortas alas, y aunque enfebrecida
crece y se recrea como loca amante, sensorial y astuta
por los feldespatos de tu sexo ardiente, hasta que te muta,
cariacontecida.

No esperes más iris que el del cielo obtuso que urgen los chamanes
desde la prosodia, machacona y fútil, de sus ademanes
que inventan tu suerte,

porque en cada arruga de la flor de nácar que en tu piel desgranes
duerme la semilla de esa vieja espora que engendra alacranes
con tu propia muerte.

sábado, 13 de marzo de 2010

ADIOS D. MIGUEL


Llegó el momento de las despedidas, de los adioses tristes y tantas veces fatuos, de las palabras grandes a los grandes maestros, de la grandilocuencia vestida de frases lapidarias y altisonantes. Pero que nos dejen los árboles –los cipreses, por alargadas que sus sombras sean- atisbar la obviedad del bosque. Ese bosque de sencillez y limpieza léxica, de campechanía y palabras cargadas de tradición rural y sapiencia siempre. El camino de la vida en esta tierra nuestra de altibajos, de profundas desigualdades y heredados vicios, de razón y sinrazón a manos llenas, de piel y corazón, de carne y hueso. No hay mayor crítica que contar la realidad desde la irrealidad presunta de quien la vive. La maestría de la forma viene después, y ésa es sólo patrimonio de quien atesora el genio de su genio.

Descubrí a la persona de Miguel Delibes paseando el cielo gris del Campo Grande, o transmutando sus historias de sabor a campo por las aceras de la Calle Muro o de Recoletos, en esta Valladolid, ciudad de provincias todavía. Al escritor le había descubierto mucho antes, entre las páginas azules de sus libros ocres y verde olivo. Y me atrapó la magia de su verbo, de su saber decir, de su temática siempre cercana, de su sencilla pero profunda e impagable forma de narrar.

Hace ya algunos años que se dejó agotar la tinta de su pluma de sueños. Se convirtió la vida en su secante, y sus cicatrices se aunaron con la edad para cercar al escritor y rendir al hombre. Hasta a los genios la vida les increpa.

Desde su sencillez humana y su sabiduría vital no buscó nunca la tentación del Nobel, aunque lo mereciera tanto, si acaso y ya en sus últimos días, sólo pidió morir para ultimar el ciclo de su sendero de hombre por la vida. Y es que nunca ha dejado de saber, como buen conocedor de la naturaleza, que cuando el almendro irrumpe en floración –hoja roja de su librillo de almas- está empezando a arder la primavera.

Hasta la tierra misma D. Miguel, hasta la tierra.

domingo, 28 de febrero de 2010

FLOR DE ALMENDRO

Foto original extraída de: http://www.canonistas.com/foros/macrofotografia/134483-flor-de-almendro.html

Mansa y nítida
-primavera del frío-
paciendo en la inclemencia
de la blanca emoción del fruto adepto.

Florecida y en calma,
sobria, heladora,
breve y mil veces breve,
dulce, miedosa, acurrucada y cómplice.

En el árbol del fruto, hecha palabra,
aupada en estertores de inocencia
se conmina al ocaso y al desgaire
del valor de lo efímero;
a la ley convencida y almendrada
del entramado nítido del siempre,
conminada al fragor del desencanto;
harto envés de silencio en su albedrío
que urde agónico el pulso hacia la histeria
de la vara y el suelo.

Aunque este poema no ha sido premiado, con un relato en prosa poética "Papel en blanco" he obtenido el Accesit del "XLIII Certamen Flor de Almendro" de La Fregeneda (Salamanca). Se puede leer en mi otro blog. Os dejo el enlace:

sábado, 13 de febrero de 2010

SIRENA COMO TÚ


Está, de soledad, convaleciente
mi boca en la salina ficción de tu regazo,
y un silencio
bebiéndome la sed que, a borbotones,
me endeuda a tu cintura onírica y basáltica,
soñándome costumbre
de esa ecuación de mar transgresora de espumas
que es tu piel delirante.

Tu torso, extemporáneo,
cosido a una mitad de fémina imposible,
me esquiva en desmemoria salival contigo,
huyéndome del cielo de tu cielo a escondidas
por las celosas algas que hirieron cuanto amamos.

Del abismo versátil
de tus labios de pez con polisón de escamas,
a los míos humanos, vulgares y egocéntricos
urde un hilo la vida con rueca de impostora
cuando, al bies de los años,
nos arrumbe a una playa de hipocampos insípidos.

Allí donde las olas
gimen conchas de luto
y, entre erizos de niebla,
nos vertebran el alma un millar de cipreses,
late un faro invisible de tu nombre a mi nombre,
de mi mundo a tu mundo,
alumbrando, entre orillas,
esta mar que perfuma de gaviotas tu cántico.

Sirena como tú,
náufraga emoción de pisciformes sueños;
daga o labio tu aleta
juega en brinco caudal por las mareas circes
y me descubre -torpe e improvisado anfibio-
con mis ganas de ti alimentándome.

Que aunque por hombre oculte mi luna sedentaria
a tu adicción viajera,
me consuelo acechando tus zambullidas noches
alunadas de estrellas, herrumbres y sargazos;
aprendiendo, de oído,
que es mi vida un desierto sin tu verdad ficticia
y que, si no existieras,
soy capaz de inundar
de azul el mar azul…,
hasta inventarte.
.
Con este poema he quedado entre los diez finalistas -por tercer año consecutivo- en el 5º Certamen 2010 de Poemas Sin Rostro de la Asociación Canal Literatura, a falta, todavía, de la proclamación de ganadores, más adelante.
Para conocer algo más sobre el certamen, los finalistas y sus poemas, aquí os dejo el link: