Foto: Santiago Redondo Vega
Se descarría el agua, fluye
por la
vertiente herbívora del tiempo;
toda
la tierra
se humedece
contra
el silencio ambiguo de los ojos.
El
mundo late ahí,
siglo
tras siglo,
sin
importarle nada, nadie, nunca.
La indefensión
del musgo, la conciencia
legítima
de un beso, la boca
que no
ha sido, el miedo;
el
miedo a no asumir
lo
irremediable.
La vida
es un ser vivo
que
ignora y desconfía cuanto arrasa.
Y el
hombre
un
mineral, apenas labio,
que sueña
más allá de lo imposible.
8 comentarios:
El mundo, en su esencia, es libre, somos nosotros, su pobladores, quienes cercenamos su cauce sin darnos cuenta de los fosos que vamos dejando al paso.
Hermosos y profundos versos, Santiago
Un cordial saludo
Fina
Gracias Fina, por entrar a escuchar y a reflexionar tan consciente y profundamente. Un saludo.
Deseo tengas un bonito y feliz fin de semana.
Un saludol.
Gracias "disancor" por tu paso y tu testimonio. También para ti una feliz semana.
Un saludo.
Siempre es una inmensa alegría descubrir a un magnífico poeta. Nos veremos el día 18 y será un honor compartir palabras contigo. Un fuerte abrazo, Sole.
Gracias Soledad, por pasar por aquí y por tus palabras, aunque sean exageradas. Nos veremos el 18 sí, para hablarle a luz y a la palabra. Un abrazo también para ti.
Precioso poema, Santiago. Los versos fluyen como el agua descarriada de la que hablas, y también sueñan más allá de lo imposible y nos hace soñar a los que te leemos. Te felicito. Andas bien inspirado, majo. A ver si se me pega algo. :-)
Un abrazo fuerte.
Susana
Hola Venus, la fluidez eres tú que lees con buenos ojos, nada más. La inspiración es cuestión de que nos encuentre buscándola, sentados frente al ordenador noche tras noche. Lo sabes muy bien. Un abrazo.
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