
Tiene la poesía el privilegio
de pintarles el rostro a los poetas.
Ojos mares de azul, cejas violetas,
pómulos ocres, blanca tez de arpegio.
Cabello crespo y gris, mentón egregio
de rosa intemporal, manos escuetas
que roban el añil a las siluetas
de esos locos de atar de índigo regio.
Pero tiene en el glauco una Tirana
-acechante en marrón- la negra suerte
de borrarles el alba una mañana.
Y en el lienzo-sudario de lo inerte
les dibuja -maldita e inhumana-
el color imposible de la muerte.
de pintarles el rostro a los poetas.
Ojos mares de azul, cejas violetas,
pómulos ocres, blanca tez de arpegio.
Cabello crespo y gris, mentón egregio
de rosa intemporal, manos escuetas
que roban el añil a las siluetas
de esos locos de atar de índigo regio.
Pero tiene en el glauco una Tirana
-acechante en marrón- la negra suerte
de borrarles el alba una mañana.
Y en el lienzo-sudario de lo inerte
les dibuja -maldita e inhumana-
el color imposible de la muerte.
3 comentarios:
Santiago,
tiene la poesía esa magia que convierte en posible, lo imposible, en catarata torencial de escalofríos
así tu pluma
un fuerte abrazo, amigo mío...Pilar
Santiago este poema es demoledoramente hermoso, y el último verso de verdad que me ha estremecido. Hay una cosa que tengo clara, los poetas podemos llegar a ser prescindibles, pero la poesía jamás...Seguiré de cerca tu blog, y gracias por tus palabras en mi blog, fue mi primer comentario recibido. Un abrazo.
Roberto
Santiago este poema es demoledoramente hermoso, y el último verso de verdad que me ha estremecido. Hay una cosa que tengo clara, los poetas podemos llegar a ser prescindibles, pero la poesía jamás...Seguiré de cerca tu blog, y gracias por tus palabras en mi blog, fue mi primer comentario recibido. Un abrazo.
Roberto
Publicar un comentario