Autor: Santiago Redondo Vega
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Está la mar soñando a bocajarro,
descreída en el aire y embaucada
en un cuenco de sal, ensimismada
sobre un cielo de lírica y guijarro.
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Políglota mi voz increpa al barro
y se obstina en gaviota liberada,
inconsciente, viral, enajenada,
como hombre que habla a dios, labios en jarro.
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Si todo es nada al fin, desde esta altura
¿por qué me sabe el verbo a encarnadura
y se me pierde el hombre en infinito?
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¿Por qué no cesa el vértigo maldito
que ofusca la razón y emerge en grito
para esta tierra en paz, limpia y futura?
4 comentarios:
Una maravilla de poema. De contenido y de forma. Eres un gran poeta.Me alegra encontrarte por aquí.Abrazos
Gracias Milagros por tus palabras. Ya sabes que la belleza está simpre en la retina de quien mira.
Otro abrazo para ti.
El mar o la mar, fuente infinita de inspiración.
Me gusta esa palabra "a bocajarro" creo que no se usa mucho y sin embargo define la grandilocuencia de los sentimientos como pocas. Un saludo.
Perfecta apreciación María. Las palabras significan lo que nuestro deseo de inspirar nos dicte. Algunas estan tar arraigadas en nuestro subconsciente que son otras miradas las que aprecian desde afuera su sentido.
Un abrazo.
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