sábado, 27 de octubre de 2007

EL DÍA


Le desnudas al alba amaneceres
reprochando a la noche su osadía
de ensuciar –grafitera- tu albaquía
de aerosoles en negro, atardeceres.

Rindes sol a la sombra cuando mueres
vespertino y fugaz -valiente día-,
derrotado horizonte de porfía
bajo estrellas de luna, anocheceres.

Cada día regresas -día- al mundo
sin temerle a la noche que te espera
cabizbajo, asolado, oscurecido.

Preñas luz a este cielo furibundo
de aquiescencia lejana y tan certera
como el alma inmortal de tu latido.
(Soneto melódico: Acentos predominantes en tercera y sexta sílabas métricas.)

6 comentarios:

Jezabel dijo...

Con tu permiso - bueno, en realidad sin él - he incluído el enlace de tu blog en la sección de tarados literarios del mío. :)

Santiago Redondo Vega dijo...

Sea.

Pilar Iglesias de la Torre dijo...

curiosa carta esta que diriges a ese cíclico segmento de la rotación terrestre, en el que suceden la mayor parte de las cosas de las qeu somos conscientes..........y desnudas sus claves, tintadas de voluntariedad bélica ansia de esternidad

un lujo tu lectura de ese saber hacer, en poesía

un abrazo.........Pilar

Pd.: je, yo también como Jezabel.....

Sandra Garrido dijo...

Desde el vértice al silencio, me quedo suspendida entre estos sonetos.

Un placer hallarte.
Un saludo
Sandra

Santiago Redondo Vega dijo...

Gracias Sandra por suspenderte en mis versos. La inspiración de un poema está en los ojos de quien lee.

Un saludo.

Santiago.

Santiago Redondo Vega dijo...

Gracias Pilar, perdón por saltarme el orden, quizá el cíclico segmento de la rotación terreste me cambió el norte de sitio.

Vaya mi abrazo hacia tu voluntad consciente.

Siempre.

Santiago.