domingo, 21 de octubre de 2007

SE ME INUNDÓ LA VOZ


Se me inundó la voz voraz de poesía
un martes de colegio orgullo de mi infancia.
Con doce años y un día prendió de mi arrogancia
soñándome ser rey del reino de Eufonía.

Allí me descubrió el ser que poseía
viviendo en mi interior, en recóndita estancia,
desde donde me hablaba del ritmo y la elegancia
que habita en la palabra; y yo sólo asentía.

Así, sin elección, sin cita, de improviso,
me vino el verso a ver, a reclutar mi vida,
a revestirme de alma apenas sin permiso;

y desde entonces clama y se hace amor o herida
y brota de mi boca sin otro compromiso
que el de saberse reo de mi pasión querida.

No hay comentarios: