martes, 30 de diciembre de 2008

COSMOS


Soy un ser ignorante para entender un cosmos
tan gigantesco y cuántico,
tan estelar y elíptico,
tan intangible a mi agnóstico azimut
que agota la memoria del satélite intelectual de mi cerebro.
Por mucho que me digan quienes circundan los cielos de años luz
que soy parte en su parte y que mi pulso
repercute en el pulso galáctico y astral de los planetas,
de las estrellas errantes, de los secretos de Orión y de las vías
de estratosferas lácticas,
me sigo viendo así, pequeño, ínfimo, tremendamente inútil
al latido abismal de tan inmenso cielo.
Ya me es grande la tierra y me desborda
soñar el más allá de un mar que aúna
el secular dolor de una frontera impresa
parcelando en países y profanando en vergüenzas de colores pastel
la mítica geoda
inicial y pretérita del alba,
que no es raro que a veces me sobrepasen a un tiempo y desde mí
la ciudad y la calle y la casa y la piel
y hasta el cosmos apacible de un silencio.

viernes, 28 de noviembre de 2008

POESÍA

Foto: Santiago Redondo Vega
"La poesía es tiempo yendo al tiempo"
Boris Rozas, poeta.

El tiempo yendo al tiempo es poesía
de un labio hacia otro labio y tan consciente
como un áspid de luna que envolvente
te atrapa, te sumerge, te porfía.

Reptando por tu humana geografía
hiberna en el maná de tu inconsciente
y embarca la mesura de tu frente
en un mar de prolífica osadía.

Serpea en libertad tu alma desnuda
de escamas y colmillos, hasta herirte
bestial, antropofágica y picuda.

Y no puedes huir, has de rendirte
a su concupiscencia testaruda
y admitirla en tu cama o reescribirte.

lunes, 24 de noviembre de 2008

ISLOTES DE IMPIEDAD



Será por ser noviembre y por ser lunes
que se han rendido al viento las hojas de los árboles
y en toda la ciudad duerme el otoño
al remanso venial de un cajero de banco.
Se cubren los mendigos
con mantas de cartón todos sus males
y embaucan en aliento
las noches de unas manos indigentes.
Es lunes y es noviembre y hay hojas en el rictus de este cielo
que ha amanecido apenas:
los pájaros se imbuyen de los charcos,
el sol pide la vez a un celofán de escarcha,
los coches van llorándose por dentro
y, a pie, los transeúntes nos alzamos el cuello al ignorar
los faros de cartón que dictaminan
que hay una sociedad sin alma y con aceras
soladas con islotes de impiedad
fondeando en un mar pétreo sus barcos naufragados.

sábado, 22 de noviembre de 2008

SE HAN ÍDO LAS ESTRELLAS

Foto: Arco Iris
Autora: Irene Redondo Vielva

Se han ido las estrellas a encapsular tu nombre,
a registrar tu risa en un sol de patentes,
a revestir con eñes los idiomas del aire,
a prorrumpirte toda
persiguiendo, celosas, cada pliegue en tu ombligo.
Y tú partes con ellas
bebiendo, curvilínea, de tu ego imaginario.
Sin ti me aburre el cielo
ahora que el otoño profana sus balcones
y le hunde en la trastienda de una boutique de grillos.
Me apartan tus ventanas de ti obstinadamente
y tus puertas me impiden trepar tus utopías;
cuarterones ingratos que se cierran hiriendo
como dagas de amianto,
como pechos de lastre.
Ya no encuentras bohemia en mi boca y me obturas
en las antologías de tus devocionarios
y me tiznas de olvido
y me niegas las flores
que alguna madrugada pronunciaron tu carne.
Que tu ausencia es un hueco en mitad de otro hueco
y es un tren tu silencio con carmín de ida y vuelta
que se apea en mis labios
y me abduce
y me grima.
Ya no arropas tu alma con mis brasas en ocre
ni me endulzas la voz con tu aliento centrífugo,
un cartel de derribo nos preside la casa
mientras huyen saltando tus paraguas mis charcos.
Y en mi lluvia inconsciente
se ha quedado sin techo
el proscrito arco iris
de tu piel impermeable.

sábado, 25 de octubre de 2008

CRECÍAMOS

Foto: Atardecer en la playa de Oliva (Valencia)
Autora: Irene Redondo Vielva

Crecíamos
al filo de la luz y las caricias
de los interminables e íntimos veranos
de adolescente magia;
ajenos al azul, oscuro, siempre oscuro,
de un punitivo cielo.
Al brusco rubicón de carne viva
servida en hierba fresca como lecho
de amor y calentura.
Al mundo alrededor de nuestro mundo
pretérito imperfecto e inaudible
para tímpanos célibes,
tan absortos en risas,
tan ajenos.
Y en suplicio de libros nos mirábamos
los ojos cada tarde,
por refugio de manos irisadas
que escribían la piel de abecedarios
y un corazón al margen, siempre al margen,
de la página gris de nuestras vidas.
Aprendimos a ser lluvia en agosto,
nieve en dudas de abril
sol en diciembre,
brisa en tifón de calma y soledades.
Allí cedió tu puerto al desembarco
de mi inercia de fuego y amapolas
que usurparon tus bragas de domingo,
piel morena de encaje;
y abrazamos la sed que tan sedientos
nos alquiló la vida cuando apenas
sabíamos beber
besos a morro…,
y te hiciste mujer
y yo poeta.

viernes, 17 de octubre de 2008

MIS MANOS


¿Te has fijado en mis manos que acarician
octubre cada tarde,
y te usurpan la noche,
saben
a ti cuando te buscan
y regresan, sin un rasguño apenas,
a mí cuando me esquivas?
Son dos ojos abiertos al abismo
sutil de un mundo ciego,
donde es feo tocar, se hace violento
trazar la geografía de la sed
de aquello que se ama.
Y va la perversión de lo prohibido trepándome a escondidas por las manos,
sin otra inmensidad que tu silencio.
¿No has visto a los bebés que a ojos cerrados
se aferran como náufragos al tibio mar de piel que les acoge?
¿Suena a pecado omnímodo su impulso?
Entonces no es pecado querer que sean mis manos
quienes lean, en braille balbuciente, el poema de piel de tu infinito.

jueves, 16 de octubre de 2008

AGUSTÍN ESPINA, PINTOR Y POETA, O VICEVERSA

Fotografía de Agustín Espina

Blanco cabello al aire de un rostro que proclama
la nariz aguileña de un bucanero impío;
la tez morena, el alma subida al albedrío
de ser meiga en los mares que en lienzo desparrama.

Poeta cuando pinta, pintor cuando declama
jirones de dos patrias que abordan su navío:
Galicia cuando madre, Castilla cuando estío,
las dos a un tiempo Tierra por la que sufre y ama.

Ingrávido equipaje de azul renacentista
para un pintor que escribe la vida en su paleta
con versos y pinceles de escéptico humanista.

Amante de mil mundos, inmaterial esteta,
hereje de silencios, perenne inconformista,
consciente ser humano, intrépido poeta.

EN MANOS DE AGUSTÍN ESPINA LA PALABRA Y EL PINCEL AÚNAN POESÍA




Así me imagina el extraordinario genio pictórico y poético de Agustín Espina.

domingo, 5 de octubre de 2008

NO HAY NADIE MÁS QUE TÚ SOBRE MI ALMOHADA

Almohada verde
Foto: Santiago Redondo Vega

No hay nadie más que tú sobre mi almohada
de verdor nazarí.
No hay cabellos de noche sin la luna
que pronuncie su tilde
en tus mejillas
de pomelos de plata.
No hay más ojos que estrellas
ni silencios que tú.
Soledad que acompasas sin mirarme,
sin rozarme siquiera
las aristas en duelo que me nacen
cabizbajas y fucsias.
Como espejos con sangre, como espejos
malheridos de orgullo,
asolados de ti.
Insípido horizonte que me aboca
-obsoleto y distante-
por tus necios raíles
de penumbra.
En tanto, soledad, que están callando
de mentiras mi almohada y tu silencio.

sábado, 27 de septiembre de 2008

SOLEDAD SOLA

Puesta de sol en una playa de Altea (Alicante)
Foto: Santiago Redondo Vega

Me tienes que creer cuando te miento
que nos hay más soledad que la que encuentra
refugio en las laderas de tu estío.
Que todas las espigas conscientes se han unido
en un mar de verdor incandescente,
-oblicua madurez-
contra tus labios.
Que no tienen tus calles más esquinas,
ni recodos de amor, ni de nostalgias,
que el beso arrinconado en un baúl
con que negaste mi fuego adolescente.
Hoy duermen en herrumbre de brasero
tus ganas de haber sido
mujer a fin de cuentas.
Fluye un tren que circunda soledades
y prescribe en andenes al sur de cualquier vida,
allí apeó mi amor sus latitudes
soñándose en tus pechos cada invierno,
pero en tu ácido no
se me heló el frío.
Y sola te desvives, sola olvidas,
sola arrastras la oscura certidumbre
de tu piel Soledad, blanca y flagrante.

NO TIENES YA LA EDAD DE LAS PETUNIAS


Petunias
Foto: Santiago Redondo Vega

No tienes ya la edad de las petunias
que se cuelgan del viento y ruborizan
a poco que una mano masculina
las aborde del talle
y las circunde.
Ni exhibes el resuello de los látigos
cimbreantes y tersos del rocío
aniñado en la piel y en los contornos
de un ingrávido abril
alucinante.
Ni en tu hermosa presbicia brilla eterno
el omnímodo azul de tus dos cielos,
de tu boca de azúcar, de tus nimbos
que afrutaran de madre
tu pasado.
Tu belleza está en pie, pero gastándose,
como gasta el otoño los recuerdos,
a golpe de hojas secas, y embaucando
en parterres de gris
tus latitudes.
Tienes la edad precisa en que las flores
se miran al espejo y se descubren
más sobrias y más nítidas, más ciertas,
más mujeres al fin,
más delirantes.
Porque nada prorrumpe en tu equinoccio,
sólo hay mente en la linde de tus pétalos,
corazón en el limbo de tu pubis
y el jardín de tu piel
planta caricias.
De ese huerto mortal soy jardinero
del indomable tiempo que te oprime,
hembra y madre y señora de ocho a tres,
flor con todos los nombres…,
compañera.

EN QUÉ MANUAL DE LÍRICA ESTÁ ESCRITO


Pino centenario. Pinar de Antequera. Valladolid.
Foto: Santiago Redondo Vega

(A la memoria de Andrés Quintanilla Buey, amigo y compañero de versos)

¿En qué manual de lírica está escrito
que tengan que morirse los poetas?

Estoy hablando Andrés de tu partida
al espacio abisal de las estrellas,
donde el hombre se eclipsa como hombre
pero deja de guardia sus poemas
y que sigan llenándonos sus versos
de la sombra de añiles arboledas.

¿En qué porción de mar se entierra el verbo,
en qué mármol oscuro, con qué letra
se escribe un epitafio sobre el agua;
con qué flores de julio se le sella
la boca a un vendaval de poesía
que bebe de los ecos de la tierra?

El camino que ayer te trajo al mundo
hoy reclama impertérrito tu vuelta
a sus fauces oscuras de silencio,
a su media verdad, a su ralea,
a sus tercas guadañas insolentes,
a su boca maldita y traicionera.

Aunque tú ya sabías de sus artes,
sin temor a sus burlas, ni a sus befas,
has dejado a ese Ser sin argumentos
al llegarte la hora verdadera,
que morir cara a Dios y en paz fue siempre
tu equipaje, por hombre, en tu maleta.

Pero surgen del cielo de tus libros
los espacios abiertos, las siluetas
de aquellos personajes que son vida
porque vida les diste con tus letras
y se quedan de pie, prevaleciendo
como erectos testigos de tu estela.

Porque nadie ha leído, nadie ha visto,
una ley, un decreto, una prebenda
que proclame, que grite fehaciente
que si un alma se muere, va con ella
el alma del oficio de su dueño
cuando el dueño del alma es un poeta.

¿En qué manual de lírica está escrito
que te hayas ido, Andrés, si estás tan cerca?

e

lunes, 4 de agosto de 2008

A ANDRÉS QUINTANILLA BUEY, CON CUYA VOZ ME ACUSO



(Hoy 3 de Julio de 2008 se me ha muerto un poeta, un amigo.)

Me traen las olas mar de inútil mar,
ecos confusos
de incinerados sueños.

Se arroga un luto gris
el vendaval
de ingenuas caracolas.

El tiempo que nos nace de excepción
nos obliga a partir,
nos aniquila.

Es tributo del viento este dolor
que se ahoga en espasmos
de salitre.

Como el viento a la mar
gritan las olas,
como el hueco a la voz
mata la muerte.

Y en tu tierra te acoge un mar de tierra,
la que supo envolver
de mar tus versos.

sábado, 12 de abril de 2008

TIENE LA POESÍA


Tiene la poesía el privilegio
de pintarles el rostro a los poetas.
Ojos mares de azul, cejas violetas,
pómulos ocres, blanca tez de arpegio.

Cabello crespo y gris, mentón egregio
de rosa intemporal, manos escuetas
que roban el añil a las siluetas
de esos locos de atar de índigo regio.

Pero tiene en el glauco una Tirana
-acechante en marrón- la negra suerte
de borrarles el alba una mañana.

Y en el lienzo-sudario de lo inerte
les dibuja -maldita e inhumana-
el color imposible de la muerte.

CUANDO REGRESAS


Quema tu fuego en mí cuando regresas,
a caballo del verbo de tu hoguera
y me incendias la boca en la estribera
de un millar de pavesas.

Se hacen hierro indeleble las promesas
que descarnan mi grupa con tu espera;
tatuajes en plata dondequiera
que a escondidas me besas.

Vuelves carne y metal porque te gusta
perfilarte sin alas y al acecho
de mi sueño en deriva;

enterrando los celos de tu fusta
en las crines desnudas de tu pecho,
como Lady Godiva.

martes, 18 de marzo de 2008

SARMIENTO




Hoy brotan mis palabras del fruto del sarmiento
como uvas que son voces de mostos milenarios,
racimos de poemas de mil abecedarios
que aroman cada viernes con pálpito incruento.

De estas cuatro paredes que anhelan el momento
en que a la tarde afloren grandezas y calvarios,
poéticas razones de humanos visionarios
que sueñan porque habitan con alma el sentimiento.

Y desde la consciencia que hoy colma mi universo
en medio de otras voces más altas que la mía
declamo con la boca lo que plasmara en verso

sobre un jirón de piel, sin más caligrafía,
que un corazón al aire, explícito y converso,
aunque mi voz os suene acaso a poesía.