Foto: Atardece en las bateas de la Ría de Aruousa (Pontevedra) Santiago Redondo Vega
I
La luz que enciende la palabra toda
I
La luz que enciende la palabra toda
es
un edén promiscuo, una quimera,
una
intuición de mar, una escalera
suburbana
al confín de esta geoda
que
convenimos mundo. Tan beoda
o
tan serenamente pasajera
que
aunque ansíe soñarse toda entera
nunca
en lecho mortal duerme o se acoda.
La
luz es un presagio, un armisticio
en
la ablación de un beso; una atenuante;
un
relincho, un latido, un artificio
hecho
pasión humilde y desbordante.
Rascacielos
o cueva, un edificio
con
cimientos de amor apasionante.
Del poemario "Infringida Luz" 1º Premio de poesía Unión Artística Vallisoletana 2011.